Seguridad en Obras - Ciudad de Montevideo, República O. del Uruguay
Higiene Ocupacional
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Guia para no sentir cansancio.
La sonrisa como terapia laboral
Publicado el 25 marzo 2013 por
Con 19 años decidí darle un giro a mi vida e irme a trabajar al otro lado del país a un parque de atracciones. Trabajaba como asistente, nada del otro mundo, pero estaba contenta. Cada día conocía gente nueva y practicaba idiomas. Además, las personas van a un parque de atracciones a disfrutar. La felicidad e ilusión se mantenía en el aire creando cada día un ambiente mágico. Pero aquella aventura terminó pronto, pues esta gran empresa decidió despedir a un gran número de empleados para poder contratar más personas cara la nueva temporada.
El motivo oficial de mi despido fue cuanto menos sorprendente: "No sonreía al público". Sin embargo, al firmar la baja comprobé que había sido redactada 10 días antes. Soy una persona que le gusta sonreír y ofrecer a los clientes una atención agradable. Aún así, si mi actitud hubiese cambiado la última semana no hubiese servido para nada... El pescado estaba vendido. Con esto quiero hablaros de la importancia de sonreír, porque si fuese cierto que en aquel trabajo yo no lo hice, me terminaría costando mi puesto.
La atención al público no consiste solo en vender el producto. De nosotros depende la imagen que se lleve el cliente, su experiencia personal con la empresa. Todos en algún momento nos hemos quejado de algún profesional porque su actitud no fue la correcta con nosotros. Por ello deberíamos ser el profesional que nos gustaría encontrarnos. Tratar a los clientes como nos gustaría ser tratados.
Además de sonreír para el cliente es necesario hacerlo para uno mismo. Sin ir más lejos, la semana pasada tuve un día complicado, y al comenzar mi jornada no era capaz de sonreír. A los diez minutos hice el esfuerzo, porque los clientes no lo merecían, no eran los responsables de mi problema. Así que aunque de manera forzada, comencé a sonreír y a mostrar mi mejor imagen. ¿Qué ocurrió? Al cabo de un rato el problema había desaparecido de mi mente. Cuando sonreímos liberamos endorfinas y equilibramos nuestro humor, motivo suficiente para hacerlo todos los días.
Siempre digo que en el trabajo deberíamos transformarnos, utilizar esas horas como terapia laboral y ser quienes siempre quisimos ser, sin que nada del exterior influya en nuestra actitud. De esta manera nuestro estado anímico mejorará y los clientes quedarán encantados.